logo

Elina Brotherus | El regreso y la nostalgia | a3bandas | 11 abril – 23 mayo 2015

Como si no hubieran pasado 12 años desde aquel clic, aquel pestañeo del obturador de la cámara, hasta este otro. Elina Brotherus (1972, Helsinki, Finlandia) posa frente a su interrogador. Con el disparador remoto en la mano, milésimas de segundo antes de activar el mecanismo. Lo que va a capturar es algo más que una fotografía. Algo más que un autorretrato.

En 1999 una organización europea que promueve a artistas emergentes -Pépinières européennes pour jeunes artistes- invitó a Elina Brotherus como artista en residencia en el Musée Nicéphore Niépce en Chalon-sur-Saône, Francia. Elina realizó una serie de fotografías – “Suites Françaises”- que plasmaban su interés hacía la fotografía de paisaje y el autorretrato, así como imágenes de su habitación en el hostal en el que se alojaba. Aparecen diversos post-it, notas en las que escribía palabras en francés con la intención de familiarizarse con ese idioma que desconocía. “El lenguaje hace que el pensamiento sea posible”, comenta la artista. Durante su residencia francesa, Elina Brotherus aprendió dos lenguajes: el francés, y el fotográfico como vía de autoconocimiento.

Esas instantáneas captan la soledad del que acaba de llegar a un lugar nuevo y extraño. Una artista extranjera joven definiendo qué rumbo tomar. Eso es lo que podemos ver en aquella serie inicial “Suites Françaises”. En algunas imágenes ella aparece paseando por la ribera del río Saône, sin tener muy claro qué dirección tomar o cuál es el encuadre buscado.

En 2011 fue de nuevo invitada como docente a la misma localidad, Chalon-sur-Saône. Insistió en alojarse en el mismo hostal donde estuvo 12 años antes. En griego, regreso se dice nostos. Algos significa sufrimiento. Nostalgia significa entonces el sufrimiento provocado por el deseo incumplido de regresar. La pregunta es si Elina regresó. Si alguna vez, alguno de nosotros, realmente regresa cuando vuelve a habitar espacios que abandonamos. O si debemos remitirnos a Heráclito; no podemos bañarnos dos veces en el mismo río. Para esta serie, Elina fotografía el río Saône.

Elina fotografió ese río hace 12 años, cuando era una artista emergente. La pregunta es si Elina emergió. Ahora, como artista que supera los cuarenta años. Ella admite que le ha sido más fácil posar cuando atravesaba momentos de crisis, su propio dolor lo utilizaba como un objeto ajeno a ella, y sentía como si el arte legitimara el dolor. No sé si cuando vemos sus autorretratos la vemos a ella, de una forma dolorosamente honesta, o a ella, posando como modelo. Afirma que los cuarenta son una edad de crisis: hay cosas que ya nunca harás, que nunca serás.

“No estoy tan perdida como estaba cuando tenía 27 años”, confiesa la artista. La serie “12 ans après” que ahora se presenta en la galería Camara Oscura da cuenta de una transformación, aunque el lugar sea el mismo, las posturas similares, o las situaciones parecidas. Pese a que el abrigo es el mismo. Continúa la indagación acerca del papel del artista como modelo, y viceversa, sólo que ahora la preocupación se dirige más hacia la forma que hacia el contenido. Así lo comprobamos si nos fijamos en la relación de su trabajo con la pintura clásica, o en la inclusión de la figura de espaldas para introducir al espectador en la escena (recurso utilizado por Caspar David Friedrich). Y se mantiene ese interés por querer captar la luz; ella toma notas de observaciones acerca del paisaje, como hacía Bonnard. Y la inquisición interna de quien
vuelve sobre sus pasos.

La nostalgia es positiva si sustituye a la tristeza. Ese deseo estéril de regresar. La pregunta es si Elina regresó. La respuesta, es que ha regresado su fotografía.

Comisario: Juan José Santos

Para recibir los materiales de la exposición (nota de prensa e imágenes) contacta con nosotros en el (+34) 91 429 17 34 o en info@camaraoscura.net